Lo bueno... ya se sabe, dura poco

Pues ya estamos de vuelta! No me dió ni tiempo a despedirme cuando nos fuimos a París.

Bueno... a París, París no fuimos porque Disneyland está a las afueras.
Cuando llegamos empezó a llover y al día siguiente también así es que como no habíamos disfrutado de sol y calor no quisimos movernos del parque porque fue como volver a la infancia, a tener 5 años y no es para menos.

Lo primero en lo que me fijé fue en aquel castillo que cuando era tan chiquitina me cansaba de mirar por la tv diciéndole a mi madre que quería ir... y aún con 26 años esa magia no se pierde porque hace mucha ilusión ver aquellas historias con las que tantos ratos buenos has pasado y has disfrutado tanto.

Quizá más adelante me arrepienta de haberle pedido a mi Amo que por favor nos quedáramos... de no haber visto la Ópera Garnier que es la del fantasma de la ópera (una de mis películas favoritas), pero es que si no... no tendría excusa para volver!!!!

Aún con dolor de cabeza, mi Amo con un poco de dolor de garganta pues no se perdían las ganas, todo el día caminando, viendo espectáculos, haciéndonos fotos con los personajes, ejem... pidiéndoles autógrafos y a veces yo pasando vergüenza porque la gente diría: oye, tú no eres mayorcita ya para estas tonterías? Así que tras dejar que los nenes se me colaran una  y otra vez, de no tener cara para pasar delante, veía como uno  y otro  y otro más pasaba delante de mí XD
Han sido unas vacaciones muy cortas y ¿Por qué no decirlo? Muy duras porque no hemos descansado nada! Estamos peor de lo que nos fuimos y yo no doy a más...Pero no cambiaba lo vivido por nada del mundo.

Os dejo un par de fotos que aunque no sale mi Amo ni yo... espero que os trasmitan un poco de las sensaciones que me dan a mí cada vez que las miro... aún creo estar volando y desearía estar allí!!!!