Mi parrafada... pero son reflexiones

Me parece que por más tiempo que pasa seguiré en mis trece de que soy rara... sí, sí pero no sólo rara, no, si no que rarísima.

Hoy mantuvimos una conversación y esta me ha llevado a la inspiración para escribir la parrafada que escribiré seguidamente y espero que como una vez dije, que si llegáis hasta el final no haya sido con las teclas marcadas en la cara por haberos quedado dormidas sobre el teclado.

Pues bien, empezaré:

Amo y sumisa se conocen... hasta aquí todo bien ¿no? pues lo primero que deberían hacer es hablar, pero no simplemente hablar y punto por un pc, no, si no que tomar un café y acompañarlo de pc si es posible... y si no tienen esa opción pues al menos llegar a conocerse entre ellos tanto como así mismos.

He oído mucho a Doms que dicen que quisieran llegar a conocer tanto a su sumisa y que éstas les conocieran tanto a ellos que con una simple mirada o gesto ellas ya supieran lo que desean... no digo que esto no pueda ser posible pero a eso se llega con mucho conocimiento y aún así esto no llega jamás a ocurrir... pero el caso es otro.
A mi nadie tenía que decirme como tomaba mi Amo el café, yo ya sabía como era y así lo pedía, o como Él quería el baño... y si cometía un error, él estaba ahí para enseñarme, a mi lado, para decirme que lo había hecho mal, para decirme como debía hacerlo la próxima vez y si procedía castigarme, me castigaba...

Aún recuerdo aquella única vez que yo cuando le preparaba su baño me pasé de caliente... ¿Qué pasó? Pues que me tocó meterme a mi en esa agua que quemaba bastante... y entonces a partir de ese momento yo medía la temperatura del agua y me fiajaba más metiendo el dedo conforme se iba llenando...
Era tan sólo por poner un ejemplo de lo que las sumisas aprendemos con la ayuda de ellos, de que poco a poco nos ayudan a conocerles, a saber como les gustan las cosas y como no... y eso pasa también a ellos con nosotras, conocen nuestros cuerpos mejor que nosotras mismas, saben como van a reaccionar, si lo que quieren producirnos será así, conocen nuestros gestos, nuestras caras, nuestras sonrisas, nuestra cara de miedo y saben cuando deben consolarnos, calmarnos y continuar.

Siempre se ha dicho que los límites han de pactarse al comienzo de una relación, de hecho opino que es así, yo no pacté límites a la hora de comenzar y eso está mal hecho por mi parte... pero si me hubiera cruzado con un demente los límites de poco me hubieran servido porque daño me habría hecho igualmente con o sin límites.
A veces las sumisas queremos hacernos las valientes, cuando nos preguntan hasta donde llegamos siempre decimos que no tenemos límite ninguno y entonces nos pasa lo que nos pasa... que nos encontramos en situaciones embarazosas y nos podrían llegar a hacer mucho daño por esa razón.
Es decir... si yo le tengo pánico a las agujas (Es un ejemplo, no es que a mi me ocurra) y he dicho que no tengo límites, el Amo al que yo me he entregado no tiene ni el porque preguntarme a mi si nada, si quiere jugar con agujas lo hace y punto ¿Por qué? Pues porque es su deseo y punto.

En el momento que yo me entrego a alguien , sin límites... esa persona no tiene ni porque consultar conmigo, ni pedirme permiso para nada... yo pienso que es lo bastante cabal para saber hasta donde puede llevarme ¿Y eso? Pues porque para eso nos hemos molestado en conocernos, porque para eso me conoce... Pero lo que pasa es que a veces nos armamos de valor para decir que no tenemos límites y no es así.

Yo aún no he encontrado nada que no pueda hacer, y si he dudado algún momento en algo he tenido ahí a esa persona que es mi Amo para animarme, para darme valor para continuar, y ese maravilloso vínculo entre Amo y sumisa es algo maravilloso, ese que te anima a hacerlo todo y te dice que tú puedes con eso y más.

La sumisión es algo maravilloso, pero cuando surgen problemas deben hablarse, saber porque han ocurrido y afrontarlos juntos y si no se puede hay que pararse, recapacitar y ver que es lo que nos para a no poder llevar a cabo dicha tarea que nos hayan ordenado.
Tú Amo jamás va a hacer nada que sea peligroso para ti, siempre va a tener cuidado de no ponerte en peligro... y si Él es tú Amo es porque tú le has dado ese derecho con la entrega que le has proporcionado, algo que debería valorar, que debería hacerte sentir feliz .... porque sobre todo aquí estamos para ser felices.

Yo jamás he dicho a algo que no, hasta realmente ver que no pueda con ello... y de momento no me he topado con algo que me pare... dudar, rechistar e incluso ponerme de morros , sí, pero con las palabras de mi Amo yo podía con todo y nada me paraba.

Una vez en una conversación con mi ex me dijo que cuando el no estuviera, almenos quería ver que había dejado a una persona fuerte, segura de si misma, no a una persona débil y puede estar orgulloso de ello porque así me ha hecho él, porque me he convertido en lo que él quería y podrá haberme hecho daño, sí, pero me ha convertido en una sumisa, persona y mujer maravillosa.

Ahora soy:

-Una sumisa que no se deja tomar el pelo, desconfiada y fiel a mi misma.
-Persona fuerte, segura de si misma y que se valora.
-Mujer que se quiere, se cuida, y que está agusto consigo misma.

No me gusta juzgarme a mi misma, es mejor que te juzguen las personas que te conocen pero tampoco es ese el tema.

Yo he sentido miedo en muchas veces, como sumisa he hecho cosas increibles que después te pones a analizarlas y piensas... ¿De verdad hice yo eso?
Un Amo si se lo propone puede hacer lo que le de la gana con su sumisa siempre y cuando ella esté por la labor... pero vamos que yo a una sumisa que siempre me dice que no, que me lleva por donde a ella le de la gana pues que quieres que diga... yo como Dominante le diría que se busque a un sumiso que le irá mejor... pero si por cualquier motivo o problema ella no está segura... hablar, hablar y hablar es la solución como personas adultas que todos somos.

Y sigo en las mismas... Un dom con su propiedad no tiene porque pedir permiso a su pertenencia para hacer lo que le venga en gana... y si a mi un día cuando me entregue me vienen con esas... yo desaparezco!