No se yo...

Hemos estado toda la noche pensando en como poder acudir a la quedada, pero por más que buscamos solución no hay de donde tirar, y lo peor es mi negatividad.
Me ha hecho mucha ilusión que haya pensado en mi a la hora de hacer lo posible para ir, y yo se lo pago así, poniendo miles de impedimentos... pero siempre veo los contras antes de hacer las cosas.
El caso es que lo que me importa es verle, el compartir la mesa con Usted, servirle, disfrutar de esos momentos a Su lado, ya lo sabe.
Luego también está el tema de los exámenes la semana que viene, y se me junta todo, y yo me siento un poco agobiada.
Sé que Usted también quiere ir, si no no haría lo posible por ello, y yo... que horrible es estar lejos, no tener como ir, me siento frustrada un poquito!!!
En fin, el destino decidirá si se puede o no acudir, pero yo ya sabe que lo que Usted decida es siempre lo que haré a pesar de sacarle de quicio al ponerle tanta réplica... espero que llegue el día en que no le contradiga en nada, pero siempre intento darle mi opinión de las cosas.
Lo adoro mi Señor, nunca se olvide, y cada pasito y cada cosa en la que me equivoco me hace que Usted me enseñe a ser mejor.